REFLEXIONES SOBRE LA MUERTE: RAZONES PARA NO LLORAR LA PÉRDIDA DE NUESTROS SERES QUERIDOS.

Una cosa es cierta: todo el mundo muere.
Mueren los sabios y los ignorantes, mueren los ricos y los pobres, mueren los hombres y las mujeres, mueren los adultos, los ancianos y los niños.
Como yo, tú sabes que nuestro tiempo es corto y que un día todos moriremos.

Me he dado cuenta de que, ante la muerte y el sufrimiento en general, lo único que realmente nos ayuda a levantarnos y a superar la experiencia con cierta paz y calma interior es el apoyo espiritual.
Y es que, lo creas o no, además de tu dimensión física, emocional y psicológica, estamos formados por una dimensión espiritual.

En verdad, eres un alma encarnada en un cuerpo físico que experimenta los ciclos de la vida humana gracias al Libre Albedrío y al despliegue evolutivo de las Tres Llamas Divinas alojadas en el Corazón: Amor, Sabiduría y Poder.

Hagas lo que hagas, creas lo que creas, Lo Que Realmente Eres, ES lo que eres y siempre serás.
Lo que Tú Eres en esencia, no puede ganarse ni perderse nunca.

Lo que Tú Eres trasciende los pensamientos, las emociones y las percepciones que tienes del mundo exterior y trasciende tu propia identidad, es decir, tu percepción de ti mismo, tu identificación con tu nombre, tu historia, tus tendencias… Lo que Tú Eres realmente está más allá de todo eso.

En el Libro Sagrado de los Hindúes, La Bhagavad Gita, está escrito:
« Lo que Tú Eres no puede ser cortado por la espada, no puede ser ahogado por el agua y no puede ser quemado por el fuego ».

Lo que Tú Eres, en definitiva, es No-Material y no pertenece a este mundo. Sólo los elementos que componen tu cuerpo de Materia pertenecen a este mundo, a la Tierra, que te ha cubierto con sus cuatro elementos: tierra, aire, agua y fuego.

Por eso los místicos dicen que Lo Que Tú Eres no nació en esta vida y, por tanto, tampoco puede morir.
Cuando digo Tú, me refiero también a TODOS: hermanos y hermanas, padres, amigos, cónyuge, hijos, padres, nietos, TODOS….

Todos los Místicos y Sabios nos han enseñado que, en verdad, la Muerte no es el final de la vida.

La Muerte es el proceso que permite que la vida continúe en sus diferentes ciclos y dimensiones de experiencia. La Muerte es, por tanto, un proceso de Transformación en el que dejamos de ser las personalidades que encarnamos hoy, con nuestro carácter y nuestra historia, para convertirnos en « otra » persona, toda ella renovada para experimentar un nuevo ciclo de vida.

La vida siempre nos lleva al Cambio.
Todos los cambios nos llevan a evolucionar, a ascender en la Espiral Evolutiva hacia la Fuente primaria de Energía de la que Todo Emerge; de la que todos emergemos realmente.

Los Sabios y Maestros nos dicen que cuando ocurre el proceso de la muerte, no regresamos inmediatamente a esta Fuente. Para que eso ocurra, tenemos que alcanzar una energía similar que pueda integrarse, y eso no lo conseguimos en una sola vida…, dicen los que saben.

Cuando « morimos », son las tendencias más pronunciadas de nuestra personalidad las que definen la dimensión a la que vamos después de dejar el cuerpo físico. La acumulación de nuestras experiencias, y especialmente las emociones predominantes que tuvimos durante esas experiencias, son la CLAVE de nuestro nuevo destino post-mortem.

En realidad, en esta vida, todos deberíamos dedicarnos a refinar nuestros pensamientos y emociones para alcanzar las dimensiones superiores de la luz.
Esto nos acercaría a la Fuente de la que procedemos, que es el destino último de todos nuestros destinos y hacia el que el Viento Kármico de nuestra existencia nos lleva vida tras vida.

Comprender todo esto, sin embargo, no evitará el sufrimiento de la muerte de un ser querido.
Las lágrimas y la tristeza serán inevitables, porque somos seres humanos con emociones que responden a vínculos afectivos.
Pero cuando conocemos y reconocemos lo que es la muerte, el dolor y la tristeza ya no son lo mismo. Una calma se instala en lo más profundo de la mente y del corazón, apaciguando el dolor y la desolación. Y de repente, la experiencia de la muerte ya no es la misma. El sufrimiento es diferente. No paraliza, no traumatiza, permite avanzar por el camino con paz y ligereza de espíritu y de corazón.

Saber lo que significa realmente la muerte nos permite ayudar a nuestros seres queridos a continuar su camino y a no retenerlos en nuestro mundo.
Cuando, en nuestra ignorancia, sufrimiento y apego, lloramos, llamamos y pensamos mucho en los que se han ido, aunque parezca noble y correcto, no lo es. Los retiene en nuestro mundo y les impide continuar su viaje.

La verdad es que cuando tenemos claro lo que es la muerte y lo que ocurre después, dejamos de llorar, de lamentarnos y de sufrir, y empezamos a utilizar toda esa energía para realizar ciertas prácticas y rituales que les ayuden a atravesar su Portal de Transformación hacia el otro lado del velo.

No sé si puedes apreciar el increíble cambio que supone entender la Muerte según los conocimientos que nos han transmitido los Sabios y Maestros de todos los tiempos y disciplinas.
Lo cambia todo. Cambia incluso la forma en que vivimos y organizamos nuestra vida. Pero, sobre todo, lo que cambia radicalmente es nuestra experiencia de la muerte de los que amamos y, por supuesto, cambiará radicalmente nuestra experiencia de nuestra propia muerte y nuestras ideas sobre nuestro propio proceso de Muerte.

En definitiva, comparto contigo estas ideas para que algunas de ellas resuenen contigo y te ayuden en momentos de necesidad.
Estas ideas que estoy compartiendo contigo permanecerán en un rincón de tu mente, y es probable que un día, una de estas ideas se convierta en la pieza clave que venga a aliviarte y apoyarte y te haga comprender los aspectos trascendentales de esta vida.

Con Amor,

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